sábado, 9 de mayo de 2015

LA BAILARINA



La espalda arqueada, elevando el delgado vientre en contra de toda fuerza de gravedad. Brazos y piernas desmayados a los lados, asomando por entre transparentes y suaves vestiduras. Un par de senos firmes, pequeños y jóvenes dejaban apenas insinuar su níveo contorno a través del escote abierto y profundo, casi interminable., la imagen recorría su largo cuello de cisne en su curvatura excelsa muy atrás y hacia abajo llegando al ángulo perfecto con su delicado mentón, inicio del marco de su pálido rostro inerte y extasiado con aquel movimiento, trémulas mejillas se dejaban acariciar por sus largas pestañas, marco de sus ojos cerrados. En el largo cuello y despejadas sienes, venas y arterias palpitaban al unísono con los compases de la música que inundaba el todo abrazando cada una de sus fibras guiando su técnica ejecutada con pasión y maestría. En un extremo sus pequeños pies vestidos de raso dibujaban el arco sublime de la perfección mientras que en el otro, de su amplia frente escapaban ondulantes, largos y aromáticos sus renegridos cabellos que como parte misma de la gran coreografía acariciaban la nuca , hombros y espalda del bailarín que cual estandarte la elevaba por la espalda, firme su brazo hacia las alturas de la escena. Entre bambalinas, tramoyistas, colegas y asistentes, contenían el aliento en el increscendo final de la obra ejecutada. Transmitiendo como al unísono sensaciones entre el público presente aún mas allá de la platea. Manos temblorosas, espaldas separadas del respaldo expectantes y los ojos muy abiertos ya húmedos por el magnífico brillo que emocionadas lágrimas apenas asomadas les otorgaban prístinas. De repente intempestivos acordes sorpresivos y anhelados golpean el éxtasis del momento y la musa en las alturas se deja caer en un triple giro hasta los firmes brazos de su compañero, como desmayada y desde allí sin pausas y con destreza perfecta, el mas que dejarla caer, la deposita inerte y trémula sobre el piso embriagado de resina donde a partir de allí yace en pose principesca cual hada abatida en pleno vuelo entre el increscendo de los aplausos que el publico ejecuta con gargantas sollozantes. Se encienden las luces. el telón ha descendido . La Bailarina abre los ojos y la blanca luz lastima su mirada.Apoyada en sus delgados brazos intenta incorporarse, sus antes etéreas vestiduras pesan mas que nunca y esta vez le comprimen la cintura por los lados., de pronto siente reconfortada los fuertes brazos que la elevaron a la cumbre de la escena tratando esta vez de ayudarla a incorporarse.; esbozando una sonrisa intenta mirarle agradecida. Un grito espeluznante de terror ya repetido cada noche surge de su garganta temblorosa desde su largo cuellos de cisne.El brillante traje y ajustadas calzas se diluyen de su mente dando paso a otra realidad, la imagen de un joven alto y de cálida sonrisa que denota pena y comprensión, el mismo está vestido completamente de blanco, lo observa atentamente , inmaculado pantalón y ambo y sobre el pecho izquierdo un dorado gafete exhibe un nombre que las lágrimas no le permiten descifrar ya que el mismo se encuentra junto a un vívido monograma de hospital . De pronto se percata que su grito no ha cesado y disminuye lentamente hasta ahogarse en un sollozante ronquido.  
 
Mira al frente y sobre un blanco y aséptico estante sus antiguas zapatillas de raso la observan solitarias con las puntas desgastadas y las cintas desmayadas en desorden. Baja la vista y llora. Extiende sus pálidos brazos recorriendo lentamente su cintura hacia sus muslos. Mas allá no hay nada. Esas piernas que magistralmente ejecutaban cada uno de los pasos en impecable danza....Ya no están. " El canal de noticias internacionales repetía hasta el cansancio la triste noticia del trágico accidente automovilístico del que una joven y famosa bailarina sufriera al salir del teatro donde interpretó por última vez La Danza De Sus Sueños....Un Adagio para el Final " (Hace dos años atrás) (Hoy), El sueño, el grito y el llanto desolado se repiten cada noche ...en un siempre triste hospital psiquiátrico de la ciudad.


MARCELA ISABEL CAYUELA

Abril 2015 - San Miguel de Tucumán - Argentina

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