Angustia.
El
pecho se le comprime en un sordo sentimiento acallado desde la profundidad de
los siglos.
Presentimiento.
Su
hálito se congela mustio apenas surgido de entre sus labios pálidos.
Soledad.
Silencios
reverberando incólumes contra los sombríos rincones de su habitación.
Temor.
Anhelo
desesperado e intangible que busca consolidarse en el contacto breve de un
corpóreo consuelo que la proteja.
Desolación.
Consciencia
lóbrega de la futilidad efímera que la rodea.
Tristeza.
Sentimiento
insobornable que le surge impertérrito ante la asimilación de su vana espera.
Aceptación
Conciencia
inefable de su presente realidad.
Muerte…
Cuando
asumida la angustia previa al presentimiento cierto de una inevitable y
atemorizante soledad. Ensombreciendo triste la aceptación de la inevitable
muerte. La conminan a deponer las armas, rindiéndose al oscuro lecho que la
cobija desde temprano…luego del propio funeral.
MARCELA
ISABEL CAYUELA
Febrero
2016 - Argentina
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